Una enuresis particular ( parte I)
Como psicoanalista, cuando una persona
me consulta por su enuresis; en las entrevistas iniciales, comienzo a realizar una evaluación conjunta
con mi paciente para ver si se trata de un síntoma inconsciente, es decir, una posible
afectación y alteración de una de las funciones del cuerpo, más
allá de lo orgánico y de la voluntad. Desde esta perspectiva, el acto
involuntario de "hacerse pis encima", cobra un valor determinado a
partir de lo que el sujeto, dice y evalúa. Entonces, lo que recibo en principio, es la manera en
que el paciente utiliza palabras para
describir lo que le sucede y es a
partir de su evaluación que comenzamos de pensar juntos, evaluando lo que él evalúa. No es lo mismo decir: el problema
que tengo o la situación traumática que vivo o la incomodidad que experimento o el
malestar que sufro, cada una puede
referir al mismo síntoma pero de diferente formas, por lo tanto no puede ser
evaluado de la misma manera.
Por esta razón, son muy importantes las
palabras, el contenido y la manera de expresarse del paciente.
En el caso de los niños, que por su
edad u otra condición, no disponen de palabras y explicaciones
suficientes, recurro a los padres o el adulto que esté a su cargo.
La palabra, es la herramienta
fundamental para el psicoanálisis, ya que, es con ella que ayudamos y es también a partir
de ella, que se abre la posibilidad de una transformación de lo que le sucede a la persona.
Es síntesis, es necesario precisar, si el paciente
padece de un síntoma inconsciente. En el caso contrario, realizo la derivación pertinente. A veces,
son los médicos quienes me recomiendan,
porque captan que hay "algo
más" que lo orgánico, en este síntoma.
El mismo Freud, nos da una orientación
muy precisa, en un texto que se llama
"Estudios sobre la histeria",
en donde propone, a mi entender, un modelo para
evaluar si un síntoma es orgánico o inconsciente, basado en la forma,
el contenido, las expresiones y las palabra que una persona utiliza cuando habla de un síntoma o de
otro.
En el caso de niños, adolescentes o
adultos, es habitual que el sentimiento de vergüenza sea un efecto de este síntoma, ya que la mirada de
los otros y la suya en particular, no es sin consecuencias para el
desarrollo de la vida del sujeto, pudiéndose producir también angustia, inhibiciones u otros síntomas
(transitorios o permanentes) en algunos aspectos de la vida.
Por ejemplo: no poder quedarse a dormir
en casa de amigos/as, por miedo a tener enuresis; en el caso de las relaciones
amorosas, tener dificultades para
comenzarlas o construirlas.
En esta nota, intento realizar un breve
recorrido, sobre lo que denomino el misterio del cuerpo y el inconsciente.
El psicoanálisis ofrece a la persona
que sufre este síntoma, la posibilidad de descubrir qué relación existe entre
su cuerpo y lo que mantiene ese misterio.
Es importante aclara: que no toda
persona que "hace agua", se hace pis en la cama…
Lic.
Homero Arnold
No hay comentarios:
Publicar un comentario