miércoles, 18 de junio de 2014

Una enuresis particular. (parte II)


La palabra enuresis deriva de un vocablo griego que significa "hacer agua".
"Hacerse pis en la cama", "mojarse", "orinarse encima", son expresiones diferentes que utilizamos       para explicar y describir una de las posibles situaciones en donde  el cuerpo no obedece a la voluntad…                                    
El control de la micción es producto de la articulación de dos elementos:
1.      1.   Lo orgánico: se necesita la maduración orgánica adecuada de una serie de mecanismos anatómicos-fisiológicos que intervienen en este proceso.
2.        2. El pasaje del bebe, de la necesidad a la demanda de madre.


¿Qué es y cómo se produce este pasaje?
La madre o el adulto que esté a cargo del bebe, intentará brindarle recursos, es decir, palabras, expresiones, sentidos e interpretaciones que abran la posibilidad de producción de un efecto de lectura de los signos de su cuerpo. Cuando la madre le pide a su hijo/a, que vaya al baño antes de dormir o le  recomienda que no tome agua antes de ir a la cama, está aportando su parte en    este proceso, en este pasaje que va  de la perdida de la necesidad a la demanda o el pedido de otro.
Experimentar cierto malestar corporal que nos indica que es "hora de hacer pis", es producto de ese encuentro que se produjo con un otro que intento ayudarnos a cifrar el código corporal, es como   un monumento recordatorio de ese evento.
El encuentro siempre es fallido, porque es imposible que la madre sepa con exactitud qué es lo que necesita su hijo/a y al bebe le es imposible articular las palabras que puedan ayudar a  explicarle a su madre, con precisión, lo que le sucede y necesita.
Es fundamental este encuentro, ya que, ambos participan activamente en una decisión; por un lado la madre, le ofrece  sentidos a los signos de su hijo y él bebe decide su primer acto de amor,    que consiste en acceder a la demanda de su madre, quedando su necesidad perdida. Él no puede saber que le pasa, pero decide darle a la madre lo que ella demanda, quedando su necesidad real, perdida.  Es vital que esto suceda, es decir, no es algo ni  negativo ni  positivo, tiene que ver  con la condición humana. Pero, que no se produzca o se produzcan de maneras diferentes, tiene efectos particulares en la subjetividad de la persona.
Un modelo para pensar este pasaje, es el control de esfínteres: cuando la madre le dice al niño:   -"que lindo regalito le hiciste a mama",  ella da, una posible interpretación y valoración del producto de su hijo/a.  Y él decide darle "eso", que es lo que le demanda su madre, le da su producto, para   obtener su amor. Este, es el pasaje de la necesidad a la demanda.
La posibilidad del control voluntario de la micción es justamente el producto del encuentro particular entre una madre y su hijo/a; no se enseña, ya que enseñarle a un bebe es suponer desde un principio que la madre puede entender claramente lo que le sucede y que un bebe puede  aprender los signos como símbolos fijos.

Lic. Homero Arnold


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